No hay lugar mejor para los perales y manzanos que el Alto Valle, porque el clima los acompaña durante todo el ciclo de crecimiento del fruto. Es increíble el espectáculo que sucede en la zona a lo largo del año, con el cambio de estaciones. Se tiñen de amarillo y naranja en el otoño, de verde durante el verano, de marrón en invierno y de rosa, blanco y verde en primavera cuando florecen las plantas.

En general, el clima es árido, seco, desértico y frío. Lo que lo hace único es que es mucho el cambio de temperatura del día a la noche y a lo largo del año, lo que pone a las cosechas un desafío constante, pero a la vez es la combinación perfecta para que el fruto este más rico todavía. Desafío también cuando vienen los vientos del oeste y está el cielo despejado, ¿sabes qué significa? heladas por la noche. Las heladas peligrosas son las primaverales.