Cuidarnos a nosotros mismos y nuestra salud, es tan importante como cuidar al medio ambiente. ¿Qué pensas si te digo que podemos hacer las dos cosas al mismo tiempo?
Si nos preguntas cuáles son los beneficios de comer peras y manzanas del Alto Valle, no podemos dejar de mirar lo buenas que son para la ecología. En este artículo te vamos a contar por qué…
Hace más de 100 años, el Alto Valle era una zona desértica, en plena meseta de la Patagonia Argentina. Con las infraestructuras de riego diseñadas por el Ing. Cipoletti a principios del siglo XX, se comenzaron a aprovechar las hectáreas para la siembra y cosecha de alimentos. Hoy en día podemos decir que llenamos de árboles el desierto patagónico, pero ¿Qué quiere decir esto?
La plantación de árboles como perales, manzanos y álamos en el Alto Valle, le da al medioambiente los siguientes beneficios:
- Contribuye a disminuir el cambio climático gracias a la absorción de dióxido de carbono. En este proceso, almacenan el carbono en su tronco, raíces y hojas para producir las frutas más ricas; a su vez, expulsan el oxígeno que respiramos.
- También ayuda a reducir la temperatura del suelo.
- Evita la erosión de la tierra transformándola en tierra fértil.
- A la vez que colabora en la generación de nutrientes en el suelo que se transmiten a los frutos.
Y la mejor parte es que el resultado de todos estos árboles son las frutas más ricas del mundo: las peras y manzanas del Alto Valle. Fuente de fibra, nutrientes, agua y minerales para nosotros.
Es increíble la historia que podemos contar de la manzana que te comiste esta mañana con el desayuno, o la pera que usaste para el postre de anoche. Decimos increíble porque con cada fruta que consumimos, estamos aportándole a la ecología de nuestro planeta mucho más de lo que pensamos.